Gandía inicia en Marxuquera y Beniopa el pionero plan contra la soledad no deseada
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Si algún vecino o comerciante, o los farmacéuticos de Beniopa y Marxuquera conoce el caso de una persona que viva sola y que, por el motivo que sea, piense que necesita ayuda o simplemente compañía, ya puede ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Gandia y comunicarlo. Porque, en esos dos distritos acaba de arrancar el Programa Radars, esa pionera iniciativa que pretende actuar contra la soledad no deseada, un problema oculto que se estima que afecta a cientos de personas mayores y que, como dijeron ayer expertos en la materia, repercute incluso en la salud de quienes la padecen.
Importancia del Programa Radars
El Programa Radars «necesita a la ciudadanía», señaló ayer el alcalde de la ciudad, José Manuel Prieto, durante la presentación de esta iniciativa a representantes de colectivos, asociaciones y usuarios de centros de convivencia. A su lado estaban la concejala de Gente Mayor, Liduvina Gil, y la enfermera y miembro de la dirección de Atención Primaria del Departamento de Salud de Gandia, Ana Ocaña.
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Según señalaron los tres, lo primero del Programa Radar es detectar los casos de soledad no deseada existentes. Por eso es tan importante la colaboración de vecinos, amigos, familiares de los y las afectadas, así como de comerciantes o dependientes de farmacias, un establecimiento muy frecuentado por quienes sufren el problema.
Proceso de ayuda
Tras la voz de alarma, el ayuntamiento, si cuenta con la aceptación de la persona afectada, activa un proceso que implica a distintos departamentos municipales y que tiene como segundo paso el de escuchar. Después, si todo va bien, lo importante es que el afectado «vuelva» a la vida social a través de mil maneras. Desde salir a pasear con otras personas a encontrarse en un centro social. Desde realizar un curso de habilidades a asistir a actos culturales o sociales.
Ampliación del horario de atención para solicitar el voto de los extranjerosLo importante, señaló la enfermera Ocaña, es conseguir que ese ser que se ha visto condenado a la soledad salga de casa, algo que no siempre resulta fácil. Tomando como ejemplo un programa similar que se ha puesto en marcha en la ciudad de Barcelona con excelentes resultados, desde el primer contacto hasta la primera salida de casa pasan unos cuatro meses. Esa es una tarea que requiere tacto y, sobre todo, mucha delicadeza porque, en cierta medida, se trata de «rehabilitar» personas que ya no esperan nada y muchas veces han perdido la esperanza, de ahí el alto índice de depresiones. El plan es que «vuelvan» a sentirse miembros de la sociedad.
«Queremos que las personas mayores vivan en su entorno para que puedan mantener sus relaciones personales y socializarse», dijo ayer el alcalde, quien ha pedido la implicación de la ciudadanía en general tanto para detectar los casos como para la posterior creación de una red de personas en los distintos barrios que puedan colaborar en esta iniciativa pionera.