Presentación de los premios Joanot Martorell de Narrativa y Ausiàs March de Poesía

Los premios Joanot Martorell de narrativa y Ausiàs March de poesía vuelven de la mano de Edicions 62. La presentación de los autores se realizó en una rueda de prensa conjunta con la Biblioteca Laie, a la que acudieron la Consellera de Cultura de la Ciutat de Gandia y Regidora de l’IMAB (Institut Municipal d’Arxius i Biblioteques de l’Ajuntament de Gandia), Balbina Sendra, junto con Toni Ordiñana, director de l’IMAB.

Laia Fàbregas. Foto: Ester Roig

Entrega simultánea de premios

Este año, como novedad, los libros se publicaron al mismo tiempo que se otorgaron los premios, según explicó Jordi Cornudella, editor de Cowboy Crepuscular, de Eduard Olesti, ganador del premio de poesía Ausiàs March. Los premios Ciutat de Gandia se entregan desde el año 1959, cuando se propuso el primer premio de poesía Ausiàs March. Ahora, 64 años después, los Premis Ciutat de Gandia regresan con varias novedades que reviven aún más la vida de una ciudad marcada por su implicación en el mundo literario. Gandia es Ciudad Literaria desde 2012.

El silencio de los astronautas

En cuanto al premio Joanot Martorell de narrativa, Pilar Beltran (editora y jurado) explicó que este año se presentaron 32 originales. La ganadora, Laia Fàbregas, fue descrita por Beltran como «una escritora con mucha trayectoria, que vuelve con un libro realista, cargado de intimismo y contemporaneidad». En “El silenci dels astronautes” los lectores podrán encontrar un amplio abanico de recursos de escritura creativa. Una novela aderezada con diálogos que se acercan más al teatro, dentro de una obra que plantea cuestiones tan candentes como la ética médica en nuestros días.

“El silenci dels astronautes” tiene como protagonista a Rita, una joven que destaca por su imposibilidad de hablar en público. “Rita no habla en la escuela y no calla cuando está en casa”. A partir de esta premisa, Fàbregas presenta una historia basada en hechos reales que se remontan al 2008. La autora nos habla aquí de la enfermedad conocida como “mutismo selectivo”, que en aquella época no se había investigado lo suficiente, razón por la que vemos una falta de compromiso ético en el sector médico.

Un cowboy poético

Por otro lado, Cornudella explicó que los Premios Ausiàs March de poesía “son una entrega de premios en un sentido pleno”, ya que intentan fomentar el valor de libros detrás de los cuales hay una vocación literaria colectiva. Quieren incorporar, además de los autores con más recorrido, a todas esas nuevas voces que tienen algo que decir en el ámbito cultural. Este año, la apuesta ha estado centrada, en ambos premios, en dos voces jóvenes que aportan variedad y calidad.

Eduard Olesti | Foto:Aina Canyelles Lladó

Eduard Olesti ganó el año pasado el premio Amadeu Oller de Poesía, con su poemario “Sarcop”, del cual “Un cowboy crepuscular” es la continuación directa. Su poesía evita cualquier retorcimiento retórico y busca el contacto directo con el lector. Olesti rechaza el concepto de generación y dice sentirse más cercano a personas de 60 o 70 años que a gente de su edad. Olesti es disruptivo y está muy marcado por la filosofía de figuras como Paul B. Preciado, que ha sido definido como el escritor más importante a la hora de deconstruir conceptos. “Lo que trato es de buscar una voz poética colectiva”, dice Olesti.

El título del libro hace referencia al western crepuscular y su relación con la falta de ética en la sociedad actual. “El sorgiment d’aquest gènere cinematogràfic, però, comportà la desaparició del western, era un signe de decadència”. En un mundo donde impera un cierto maniqueísmo, “Un cowboy crepuscular” difumina y diluye las fronteras conceptuales entre buenos y malos.