Escuelas en Gandía sin restricciones por zonificación
Fin de la zonificación en la elección de colegios
Las familias con niños en edad escolar de Gandia ya no tendrán ninguna restricción para elegir el centro de la ciudad al que quieren llevar a sus hijos vivan en el punto en el que vivan. Hasta el presente curso, la ciudad se regía, a la hora de adjudicar las plazas, por el sistema de zonificación, es decir que en el momento de la matricula, se otorgaba prioridad a la proximidad del alumno o la alumna al colegio. Cada futuro escolar disponía, según el mapa de zonas, de entre dos y cinco opciones. Ahora pasa a disponer de los trece colegios tanto públicos como concertados que hay en la ciudad.
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En realidad se podía solicitar cualquier centro pero a la hora de llevar a cabo el baremo había diez puntos por proximidad a los centros que se encontraban en la zona de influencia de la vivienda del o la menor, la segunda máxima puntuación solo por detrás de la de tener un hermano en el mismo colegio.
Repercusiones de la nueva medida
La actual Conselleria de Educación quiere que eso cambie a partir del próximo curso. El plan del departamento que dirige José Antonio Roviera pasa, según el borrador del decreto que se está preparando, por eliminar la zonificación, lo que implica, por tanto, acabar con esa puntuación por proximidad a la vivienda y que se traducirá en que se podrá elegir cualquier colegio de la ciudad, se viva en el distrito que se viva.
Clave «Checkmate for The Professor» a la aparición de Gandia: 5 claves del tráiler de Money Heist 5La medida no ha gustado nada en el Gobierno local. La concejala de Educación, Esther Sapena, en conversación con este periódico, la ha criticado duramente asegurando que «promueve la segregación», señala y que «solo genera beneficio para unos pocos, en detrimento de la mayoría de la población».
La responsable de Educación denuncia que la medida creará «centros concertados llenos y los públicos cada vez más vacíos y con más dificultades para dar respuesta a las necesidades del alumnado». Recuerda que en el presente curso se han matriculado 600 alumnos fuera de plazo, en su mayoría procedentes de otros países, con todo lo que ello conlleva, los cuales han sido asumidos por la escuela pública al no haber ni poderse crear plazas en la concertada, lo que refuerza la idea de la segregación. «Es un proceso muy complicado porque son niños y niñas que no conocen el idioma, que vienen de otros sistemas educativas o que, incluso, ni siquiera estaban escolarizados y es la escuela pública la que debe destinar todos sus recursos».
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Para la edila, bajo el argumento de «libre elección de las familias» que utilizan desde la Generalitat para justificar la recuperación de este sistema, se esconde un interés por «dividir un sistema cada vez más diferenciado entre escuela pública y concertada», indica. A esto se suma el hecho, además, de que cada centro tiene capacidad de «elegir» a sus alumnos, otorgando un punto a dedo a quien considere.
Sapena va más allá del plano educativo y señala que la implantación de la zona única también tiene repercusión en la vida social de la ciudad y, especialmente en los barrios. En ese sentido argumenta que si un niño o niña que vive en una parte de Gandia va un centro escolar que se encuentra en otro punto muy alejado de la ciudad consolida esas amistades fuera de su barrio.
Y, por otra parte, considera que «agrava el problema de la movilidad interior» en la ciudad, ya que «en muchos casos esta medida privará a los niños y las niñas de poder ir andando a colegio, en detrimento de la movilidad sostenible».
Gandia es la única ciudad de la comarca de la Safor afectada por esta medida, ya que tanto en Tavernes de la Valldigna como en Oliva, municipios en los que hay más de un colegio, no han dejado de operar como zona única.