La modificación de la ley del Régimen Electoral General que entró en vigor en 2011 prohibió las inauguraciones, primeras piedras, visitas a obras en curso, puestas en servicio o campañas institucionales de logros o realizaciones, durante los 54 días previos a unas votaciones. Por tanto, a partir de abril estos actos estarán prohibidos de cara a las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo.
Los gobiernos, especialmente los locales, ya son conscientes de estos plazos y se planifican mejor para no incurrir en este tipo de faltas. Por tanto, aunque siempre habrá estrategias para usar los resortes del poder institucional en beneficio del partido, el cambio de la ley fue todo un acierto.
Ahora bien, esto también provoca que se aceleren los plazos a la hora de acabar obras públicas en ejecución, mientras que otras se dejan ya inevitablemente para la próxima legislatura. Esto último ocurre con el plan Edificant, la idea que tuvo el Consell del Botànic para desbloquear la reforma o construcción de infraestructuras educativas pendientes. A estas alturas todavía hay municipios que están en la primera fase; la de hacer una memoria de sus necesidades o la de asumir las competencias para licitar o redactar proyectos.
En definitiva, el Consell ha pasado la pelota a los ayuntamientos para parecer que está haciendo algo sin que se realmente se haga. Todavía no sabemos si Edificant será mejor que Ciegsa (Les Corts dictaminaban hace unos días que entre 2001 y 2013, durante la etapa del PP, la empresa pública de la Generalitat que construía colegios dejó un agujero de 486 millones), pero sí que está resultando una vía más lenta.
La realidad es que en Xeraco continúan sin tener un colegio unificado, en la Font d’en Carròs siguen con barracones, los mismos que en Gandia en el Joan XXIII, y el IES Ausiàs March sigue igual que hace cuatro años, aunque al menos avanzan a buen ritmo las obras del CEIP Cervantes, que vienen del Plan Confianza. Por otra parte los ayuntamientos se esmeran en la eficiencia de los servicios públicos; no es casual, por ejemplo, que Gandia haya aumentado la partida para limpieza viaria, algo que ya se está notando en las calles cada día.